domingo, 16 de agosto de 2009

Mota de polvo


Aunque no sé si es peor
el viejo
regusto,
ya casi pátina;
la herida
compañera de lo
perpetuamente insatisfecho;
el manoseo de un mínimo
recuerdo,
o la anterior angustia, apenas conocida;
la zozobra;
los desvelos con lo que tienes delante,
no se vaya a quebrar en pedazos.

Ya no existe todo aquello:
rabia
como el latir de una encía inflamada,
como una cuerda que tira
desde dentro
y escuece hasta el rabillo del ojo;
obsesión por cada mota
de polvo, porque desapareciera,
sin querer reconocer que las motas de polvo dentro de la cabeza
producen larvas.
No fue.

Enjoy the silence en esta larga noche, no queda otra.
Tú ya sabes bien
desgañitarte hacia la luna. No será difícil
una vez más.
Qué tendrás si no, aparte del peso
del vacío,
de echar a andar a toda prisa
tras haber pisoteado la brújula.

Al fin y al cabo, no eres sino un continuo
intento
para cubrir en nombre
del pudor la pregunta
que hasta un niño se callaría
por vergüenza.
¿Por qué a los demás sí

y a mí no?

domingo, 2 de agosto de 2009

Descubriendo a la Catrina.












Bueno, y doscientas cosas más. Con la excusa de mi próximo viaje a México, estoy inmersa en la caótica concentración informativa de las guías (me avergüenza reconocer que del país sabía poco más de lo que aprendí en mis asignaturas de Literatura Hispanoamericana). Y buscando buscando, la cabra siempre tira al monte, así que cuelgo algunas muestras de lo que me he encontrado por ahí en el terreno de la pintura, saliendo de Diego Rivera, Frida Kalho y compañía, cuyo talento ya conoce todo el mundo. Siguiendo el orden, las imágenes son de Juan O' Gorman, Rodolfo Morales, Fernando Olivera y, cómo no, José Guadalupe Posada, que tiene gran parte de la culpa de que las calaveritas más estrafalarias sean una de las imágenes mexicanas más típicas. Debo reconocer que el tema del culto a los muertos en México es de las cosas que más me han interesado de lo que llevo curioseando hasta el momento -en mi línea- y una muestra más del maravilloso totum revolutum que impera y triunfa en toda Hispanoamérica. Cómo no, tenía que aparecer mi adorado Pedro Páramo por alguna parte. Lástima que no se pueda ir a Comala...